Decir lo que uno piensa de manera respetuosa con los demás debiera ser una forma de vida no siempre es necesario expresar la causa de lo que pensamos aunque esta enriquece a los otros mucho más; pero no vendré yo aquí a jugar a las adverbiales causales con mis alumnos y alumnas de 1º de la ESO, pues no es de recibo ligar de manera tan compulsiva la gramática a la creación poética.
La gramática es el instrumento, no es la clasificación de sus agentes; es el medio de expresión, por ello lo verdaderamente importante en nuestros planteamientos ha sido explicar sucesos como por qué nunca jugaría con un dragón o por qué nunca sería un pincel, sucesos que nos hacen verdaderamente extraños e importantes en estos días.
Pienso que nunca jugaré con dragones
porque tienen poca conversación.
Pienso que nunca hablaré con un perro
porque no sé ladrar.
Pienso que nunca pilotaré una avioneta
porque no tengo el manual de instrucciones.
Pienso que nunca volaré
porque he comido mucho y engordé.
Pienso que nunca seré político
porque no sé mentir.
(Clase de 1º A y B ESO)
Pienso que nunca seré como una chaqueta
porque no tengo cremallera.
Pienso que nunca seré una flor
porque no tengo pétalos.
Pienso que nunca seré un libro
porque cerré las páginas.
Pienso que nunca seré un vaso
porque no soy de cristal.
Pienso que nunca seré un cubo
porque no tengo tapa.
(Oumayma)
Pienso que nunca seré una silla
porque no tengo tornillos.
Pienso que nunca podré andar
porque soy un fantasma.
Pienso que no puedo beber
porque soy un esqueleto y me gotea.
Pienso que no puedo ser un boli
porque no tengo tinta.
(David)
Pienso que nunca se fijará en mí el chico que me gusta
porque soy invisible.
Pienso que nunca llegaré a Plutón
porque soy más grande que él.
Pienso que nunca me podré mirar a un espejo
porque soy un vampiro.
Pienso que nunca seré una montaña
porque no tengo árboles, ni tierra en el cuello.
Pienso que nunca tocaré una estrella
porque no tengo cinco puntas.
(Laila)
No hay comentarios:
Publicar un comentario